Algunas cosas son inevitables.

Crecer no está resultando fácil para Joaquín. El verano se llevó los últimos ecos de su infancia y le abrió la puerta a un montón de problemas desconocidos.

Todos tienen algo que ocultar.

Sospecha que sus padres están por separarse, su abuelo está muy enfermo en el hospital y, como si todo esto fuera poco, le toca comenzar las clases en un liceo nuevo en el que percibe inmediatamente algo raro, difícil de explicar.

Ningún secreto queda sin descubrir.

Pero como lo sucesos extraños lo siguen siempre como un perro abandonado (como quedó claro en El mundo sin lunes, tres años atrás), en muy poco tiempo tendrá que enfrentarse al origen del misterio y a un secreto guardado desde hace muchos años.

El bien y el mal pueden afectar las vidas de todo lo que nace y crece.*

*Incluyendo a un niño convertido en adolescente, su perro y un grupo de amigos tan extraños como el universo mismo.