¿Cómo se organiza el cuidado infantil en la sociedad argentina? ¿Lo asumen por igual las madres y los padres? ¿Cómo hacen las mujeres para compatibilizar la atención de los hijos pequeños y el trabajo remunerado fuera de la casa sin caer en el vértigo de los malabares cotidianos? ¿Es un problema exclusivamente personal, familiar, que cada hogar debe resolver con sus propios recursos, o interpela también al mercado y al Estado como posibles proveedores de coberturas y opciones? Eleonor Faur propone desandar la naturalización del maternalismo, que cristaliza a la mujer como la ?cuidadora ideal?, y analizar las prácticas de cuidado con mirada sociológica: en un mundo en que el modelo del hombre proveedor y el ama de casa de tiempo completo han caducado, es preciso repensar la organización social del cuidado infantil, incluyendo las políticas públicas como corresponsables. En la actualidad, esa organización revela desigualdades en cuanto al género, ya que son las mujeres las depositarias de la tarea. Y desigualdades socioeconómicas notorias entre las mujeres de ingresos medios, que pueden ?desfamiliarizar? y delegar en otras personas o instituciones la atención de sus hijos, y las de sectores empobrecidos, que encuentran serias dificultades para cuidar de los suyos y acceder a un trabajo remunerado. A partir de un exhaustivo trabajo de campo para explorar las prácticas y representaciones sociales de quienes cuidan a niños y niñas en la Argentina contemporánea, la autora sostiene que es imperioso jerarquizar el cuidado como un bien social, destacando el rol del Estado a través del diseño de políticas específicas (subsidios a jefes y jefas de hogar, asignación universal por hijo, jardines maternales y de infantes, guarderías, legislación laboral). El cuidado infantil en el siglo XXI instala con maestría y compromiso una discusión necesaria, y el desafío de construir una política de cuidados integral, sustentada en los principios de derechos universales para niños, niñas, hombres y mujeres. Y da el puntapié inicial para colocar el cuidado entre las prioridades de la agenda pública.