Estudios culturales en tiempo futuro es una cuidada introducción a un tema en el que nada puede darse por sentado, y a la vez un programa de acción. Lawrence Grossberg traza una historia exhaustiva de los estudios culturales, y da un paso más allá: argumenta que su razón de ser consiste en explicar por qué las sociedades han llegado a ser lo que son y, sobre todo, en imaginar cómo podrían convertirse en otra cosa. Y asume una premisa central: para responder estas cuestiones, es preciso salirse del marco de la euromodernidad. Con un tono que tiene mucho de autobiografía intelectual, el autor narra el período fundacional de los estudios culturales, en la Inglaterra de la segunda posguerra, y aborda luego sus más recientes logros y desafíos, con el objetivo de repensar la figura del intelectual que acepta la implicancia política de su tarea. Así, propone una agenda de trabajo que incluye la exploración y el riesgo de la práctica interdisciplinaria, como hecho de cooperación genuina y no como formalidad; la revisión de los conceptos de cultura popular y medios masivos, y la consideración del campo del poder no en sí mismo sino en relación con los contextos reales y con la posibilidad de construir futuros colectivos más justos, más creativos. Este libro, definido por Zygmunt Bauman como la gran obra de Grossberg, permite acceder a un referente indiscutido de los estudios culturales, poco conocido por el público de habla hispana. Y permite vislumbrar una apuesta ambiciosa y atípica: convertir una disciplina académica en una conversación con otros expertos, de otras áreas y otras localizaciones, así como con los movimientos sociales y las ONG, para contar historias que capturen la complejidad de la coyuntura. Porque las malas historias, como dice Grossberg, hacen malas políticas, y porque ningún saber puede avanzar y reinventarse si el mundo no avanza.