Este libro reúne dos ensayos para pensar los procesos socioeconómicos de Brasil y, por extensión, de toda la región: uno revisa el proceso de industrialización desde 1930, mientras que el otro procura describir el país actual. Para ello, el autor utiliza la figura del orritorrinco como metáfora de una sociedad híbrida, que posee una economía altamente financiarizada y a la vez mantiene los históricos patrones de pobreza y desigualdad. Oliveira, uno de los sociólogos más destacados de Brasil, plantea dos hipótesis: una que sostiene que las actividades rurales de subsistencia, el trabajo informal y la precarización de los salarios fueron los que subsidiaron el crecimiento de la industria y los servicios. Mientras que la segunda hipótesis se refiere a la emergencia de una nueva clase social, compuesta por técnicos, economistas y banqueros y por trabajadores transformados en operadores de fondos de pensión. Ambos determinan la identidad paradójica que adquiere el capitalismo en esta parte del mundo: el capital se financia con el dinero de los trabajadores, en tanto que el progreso sucede siempre en otro lugar, donde se produce la ciencia y la tecnología de avanzada. De rigurosa actualidad política, estos textos ofrecen un nuevo diagnóstico: el del proceso de modernización conservadora que profundiza las brechas del neoatraso.