En una época en que la complejidad de las problemáticas que llegan a los servicios de Salud Mental interroga a los profesionales en sus posibilidades de dar respuestas, este libro propone rescatar las dimensiones de apuesta e invención como fundamentos de la labor clínica. De este modo, se busca abrir un debate en torno a ciertas prácticas con que se aborda el sufrimiento psicosocial de niños, niñas y adolescentes en la actualidad. Se interpelan cuestiones como las internaciones, los usos y abusos de los diagnósticos, los casos sociales, la utilización de la contención física y la (des)articulación intersectorial, entre otras. El objetivo es problematizar concepciones y prácticas iatrogénicas que muchas veces se encuentran naturalizadas y plantear alternativas posibles. Uno de los principales méritos de los escritos que componen este libro es que enlazan prácticas cotidianas en servicios y recursos académicos de investigación, indagando con riesgo y valor. Considero que se trata de un libro de lectura y debate necesario para quienes trabajamos en el campo de la Salud Mental, y especialmente para quienes lo hacen con personas que no han llegado a la edad adulta (Del prólogo de Alicia Stolkiner)