Para los autores de esta obra -todos ellos con una amplia experiencia en clínica juvenil-, la adolescencia guarda mayor continuidad con la primera infancia que con el período de latencia; por eso han rastreado en los comienzos de la vida el origen de muchas perturbaciones que aparecen luego en la etapa juvenil. La técnica expuesta tiene carácter profiláctico y está indicada también para situaciones de urgencia. Se basa en el esclarecimiento del vínculo madre-hijo y en la reelaboración de los "tiempos fallidos"; para ello induce deliberadamente la regresión mediante juegos que reviven experiencias pasadas y dejan al desnudo los momentos críticos en que se han instaurado procesos neuróticos. Esta técnica incluye la participación de la madre en las sesiones, que se realizan en forma espaciada y a veces irregular. Las interpretaciones van acompañadas de señalamientos e indicaciones específicas que agilizan el restablecimiento del ritmo evolutivo y evitan la instalación de disarmonías crónicas.