Fernando Villalba va de la ternura a la ironía, del ingenio afinado a la hipérbole trabajada con pasión y vocación de artesano.
No es del todo acertado hablar en este caso de "microcuentos" o "microficcion" puesto que el conjunto se ordena de acuerdo a una ingeniería mayor.
Este libro puede apreciarse como una novela en fragmentos en la que el amor y el demonio asoman subrepticios en la trama amena de un narrador sabio.
Al leer a Villalba -que exhibe, entre otros galardones, el de haber sido finalista del Premio de Novela Planeta España, con una obra cuyo título anuncia un mundo familiar y extraordinario: El pañuelo del Mago, un referente insoslayable para la narrativa rioplatense del siglo XXI- uno se encuentra con la sensibilidad inteligente de quien se brinda al lector con cercanía y capacidad de comunicación, y que sabe que en el trabajo y en la composición de lo breve se cifra la construcción generosa de un universo, ni más ni menos.