Desde adolescente quise que se escribiera un libro con los recuerdos y lo escuchado por mi de labios de mi abuela Isabel sobre sus vivencias junto a Carlos Gardel, el hombre, el mito, la voz del tango. 

Un día por cosas del destino, o porque la abuela así lo quiso, le hice saber a Alfredo Mazzei, escritor oriundo de Pando donde vivimos los dos, cuál era mi deseo. Quería que hiciera posible el libro con la vida de mi abuela y quedé gratamente sorprendido cuando me contó que él la había conocido en el verano del año 1984 cuando fue a casa a visitarla llevado por un amigo común. Recordaba la charla con ella, el café delicioso que les sirvió y los bizcochitos caseros. Para mí esa fue la confirmación de que él era el indicado para la tarea y estuve seguro de que me lo mandaba la abuela. Por eso agradezco a los dos que se hiciera posible mi sueño. 

También quiero resaltar que este libro se basa en recuerdos, cartas, anécdotas, reportajes de diarios y revistas conservados cuidadosamente, hechos tantas veces comentados entre nosotros y atesorados celosamente por mí y mi familia; no intenta ni se propuso ser una investigación periodística. 

Mario Fattori Balao