Me quedo sin voz en la mitad de la clase. Mi voz cambia en la semana, los viernes está apagada y se recupera un poco los días lunes. En el trabajo, al atender el teléfono a un cliente se me ahoga la voz y tengo forzarla para que me escucha. Esta y otras frases resuenan en las capacitaciones sobre la voz laboral. También se escucha: Llego a casa y no me queda voz para conversar con mis hijos y mi pareja. Entonces nuestra voz sentimos que se agota y estamos disconformes. Es por ello, necesario cuidarla y educarla. El bienestar individual se traslada al laboral al asumir de forma consciente y sustentable hábitos y comportamientos que desarrollen la voz como herramienta productiva. La empoderación como usuarios de lo vocal se manifiesta aún en la variabilidad de la misma. Este material promueve el uso saludable de la voz y ofrece una autoayuda responsable para el desarrollo de la misma mediante reflexiones, ejercicios para favorecer la función vocal y consejos sobre hábitos que la perjudican.