Una joven camarera cumple veinte años. Pero no pasa ese día rodeada de  amigos o celebrando su cumpleaños en familia: ella tiene que trabajar.  Su jefe, el gerente del restaurante, le pide, además, que lleve la cena  al dueño del local. Es algo nuevo. Y nunca ha visto al propietario.
Con ese misterioso encargo se inicia este delicioso relato que transcurre como en un sueño.
Soberbiamente  ilustrado por la artista alemana Kat Menschik, el volumen se cierra con  un posfacio de Haruki Murakami, titulado «Mi cumpleaños», en el que  repasa los hitos de su generación, la que creció con el rock’and roll y  la rebeldía del 68, y explica qué significa para él cumplir años.