El abuso sexual puede ocurrir en cualquier escenario: en la casa, en el trabajo, en un consultorio o en la calle. ¿Qué es lo que lleva a alguien a perpetrar este acto, de por sí aberrante, sobre una mujer? Para el discurso conservador dominante, el vestirse de manera provocadora sería una de sus causas. En las antípodas, para el feminismo radical, el abuso sexual es constitutivo del régimen del patriarcado, y la moda, una de sus herramientas. La vestimenta sexy pasaría a ser consecuencia del abuso, no su causa. Pero ¿qué es el abuso sexual?, ¿cómo lo restringe y lo tolera el régimen jurídico? Profundo conocedor del modo en que el derecho opera en la vida social y agudo crítico de todas las formas de opresión, Duncan Kennedy desentraña cómo funcionan las normas jurídicas sobre abuso sexual en la (desigual) distribución de poder y bienestar entre hombres y mujeres. Discute el rol disciplinario del abuso en la constitución de identidades masculinas y femeninas, y en la relación entre los sexos. Mediante un fino análisis semiótico, que incluye publicidades, revistas, celebridades de la música y conocidas escenas del cine, indaga además en el significado sexual de la moda y argumenta que hay mucho más que reflejo del patriarcado en las prácticas de las mujeres en relación con su manera de vestirse: hay poder, resistencia y placer. Este libro, un clásico controvertido que cambió la manera de abordar el tema, permite que nos preguntemos qué papel ocupa el abuso en nuestra sexualidad, en qué medida modela nuestras fantasías y provee las imágenes que alimentan el deseo y la excitación. Convencido de que la realidad del abuso desalienta el juego y la experimentación a través de los cuales podemos tener alguna esperanza de enriquecer nuestra sexualidad, Kennedy interpela a los hombres, beneficiarios del carácter disciplinario del abuso, al tiempo que abre la posibilidad de disfrutar de un erotismo liberado de la opresión de género