Este ensayo fundamental sobre los años setenta recupera parte de una memoria ineludible: qué hicieron y qué no hicieron los militantes de esos años para potenciar el estallido de violencia que terminó por destruirlos. Esta pregunta implica reconocer que, más allá de la innegable responsabilidad del poder militar, desaparecedor y concentracionario, todavía hay zonas más complejas que deben ser analizadas: entre ellas, el rol de los partidos políticos y sus líderes, y la conformación y las prácticas de los grupos guerrilleros. Pilar Calveiro explora las circunstancias que llevaron al momento de máxima violencia en el país, y estudia el papel de la insurgencia armada deteniéndose en aspectos reveladores del accionar de algunas organizaciones: la dificultad de hacer alianzas, el verticalismo, el aislamiento respecto de la sociedad, la persecución interna de la disidencia, la militarización, las infiltraciones no reconocidas que generaban víctimas entre los propios cuadros. Y concluye que hubo una falta de política y que, en el marco del mundo bipolar de la Guerra Fría, las propias organizaciones terminaron reproduciendo todo aquello que habían intentado dejar atrás. Nueva edición ampliada de un libro que contribuyó a instalar la discusión sobre una década crucial, esta obra aborda el pasado reciente en función de las urgencias del presente. Lejos de las visiones idealizadas del orden republicano, la autora sostiene que toda política se define por la tensión entre la violencia, producto de las relaciones de fuerza y dominación propias del ejercicio del poder, y la ética, que contrarresta el otro polo. Restituir la dimensión política e histórica de la violencia permitirá plantearnos cómo se resuelve hoy esa tensión, cuáles son las formas legítimas o ilegítimas de la violencia, cuáles deben ser sus autorrestricciones y, en especial, cómo articular ética y política en la Argentina actual, en un mundo global en el que los aparatos estatales, con nuevo rostro, siguen produciendo víctimas.