Este libro presenta una serie de experiencias realizadas en salas de Nivel Inicial. Muestra una perspectiva diferente desde donde abordar las prácticas docentes vinculadas con el arte, tomando la instalación como eje transversal a partir del cual se logran articular diferentes disciplinas. El punto de partida de las experiencias compartidas es el niño como protagonista de su aprendizaje y como sujeto que posee múltiples potencialidades. La instalación aparece como contexto de simbolización y juego en la escuela infantil, en tanto se pone énfasis al valor de la experiencia artística, entendiéndola como fuente de encuentro, participación, inclusión, juego y celebración. En las actividades que se describen, se considera al espacio como un educador más, en tanto favorece que los niños puedan explorar, participar, compartir con otros, hacer y deshacer, descubrir y adquirir nuevas habilidades. Se plantea al arte como modo innovador de llevar a cabo las prácticas educativas, mostrando recorridos didácticos que dan cuenta de ello.