Esta obra tiene un claro propósito: colaborar con docentes, tutores y/u orientadores para trabajar los temas vinculados con la problemática de los estudiantes que cursan los últimos años, sosteniendo la pregunta: Y después de la escuela... ¿qué? Se sugieren herramientas y actividades para que el adulto promueva el trabajo grupal como ámbito central de aprendizaje. El grupo es entendido como espacio de convergencia de las diferencias, como lugar de encuentro que respete la diversidad y permita alcanzar metas en común, aunque no similares. El autor propone generar una herramienta de apoyatura documental que permita desarrollar acciones escolares para que promuevan en los jóvenes una actitud crítica y comprometida con la realidad personal, social y cultural en la que viven y vivirán, convocando a la realización de experiencias en las que el deseo tenga lugar en la vida escolar.