Esta reconstrucción de la historia, la trayectoria y el combate liberado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores de la Argentina en las décadas del 60 y 70, además de construir uno de los importes aportes a la historiografía contemporánea de nuestro país, posee la virtud de asumir un carácter abiertamente político. Estamos frente a un libro de historia política tanto como a un libro político de Historia. Un texto cuya elaboración, además, es responsabilidad de uno de los protagonistas de esa historia. Un Libro que se enfrenta al problema clásico que ya tuviera León Trotsky en su extraordinaria Historia de la Revolución Rusa. Está claro que un libro así no sólo no rehúye la polémica, sino que la promueve.