CONTRA EL CINE

DEBORD, GUY

«Es necesario recuperar lo que el espectáculo tomó de la realidad. Los expropiadores espectaculares deben ser a su vez expropiados. El mundo ya está filmado. Ahora se trata de transformarlo.»


«No hay film. El cine ha muerto. Ya no puede haber films. Si ustedes quieren, pasemos al debate.»


Guy Debord se decía cineasta. En la breve biografía publicada para el estreno de su película La sociedad del espectáculo (1974) se presenta de ese modo pero sin dejar de subrayar la distancia entre lo que dicha actividad significaba en su caso particular y los desempeños esperables para un director. Como es sabido, la vida de Debord estuvo marcada por el cine y por la voluntad de negarlo de todas las maneras posibles, “con y contra el cine”, como se tituló uno de sus artículos en la revista Internationale Situationniste. Su primera acción pública fue la proyección de una película sin imágenes, y la última privar al mundo de la posibilidad de ver sus films, cosa que realmente ocurrió durante el final de su vida. También la obra a la que ha quedado más asociado, La sociedad del espectáculo, antes de llegar a ser un libro fue un proyecto de película “de un género nuevo”. Si hoy paradójicamente podemos hablar de la influencia subterránea de la obra fílmica de Debord, que alimentó tanto a la nouvelle vague como las prácticas de cine militante y videoactivismo de los setenta hasta el presente, no es porque aspirara a labrarse semejante posición en la historia de las formas artísticas. Todo lo contrario: si algo caracterizó esta incursión a regañadientes fue la voluntad de destrucción del cine por sus propios medios: que el saqueo de realidad que practica la cámara sea sustituido por el saqueo de las imágenes recontextualizadas en un nuevo montaje.



Editorial: CAJA NEGRA EDITORA

ISBN: 9789871622832

UYU 790

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Descripción

«Es necesario recuperar lo que el espectáculo tomó de la realidad. Los expropiadores espectaculares deben ser a su vez expropiados. El mundo ya está filmado. Ahora se trata de transformarlo.»


«No hay film. El cine ha muerto. Ya no puede haber films. Si ustedes quieren, pasemos al debate.»


Guy Debord se decía cineasta. En la breve biografía publicada para el estreno de su película La sociedad del espectáculo (1974) se presenta de ese modo pero sin dejar de subrayar la distancia entre lo que dicha actividad significaba en su caso particular y los desempeños esperables para un director. Como es sabido, la vida de Debord estuvo marcada por el cine y por la voluntad de negarlo de todas las maneras posibles, “con y contra el cine”, como se tituló uno de sus artículos en la revista Internationale Situationniste. Su primera acción pública fue la proyección de una película sin imágenes, y la última privar al mundo de la posibilidad de ver sus films, cosa que realmente ocurrió durante el final de su vida. También la obra a la que ha quedado más asociado, La sociedad del espectáculo, antes de llegar a ser un libro fue un proyecto de película “de un género nuevo”. Si hoy paradójicamente podemos hablar de la influencia subterránea de la obra fílmica de Debord, que alimentó tanto a la nouvelle vague como las prácticas de cine militante y videoactivismo de los setenta hasta el presente, no es porque aspirara a labrarse semejante posición en la historia de las formas artísticas. Todo lo contrario: si algo caracterizó esta incursión a regañadientes fue la voluntad de destrucción del cine por sus propios medios: que el saqueo de realidad que practica la cámara sea sustituido por el saqueo de las imágenes recontextualizadas en un nuevo montaje.



Editorial: CAJA NEGRA EDITORA

ISBN: 9789871622832

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