Los acontecimientos del año 2001, hicieron ver que la fuga de capitales al exterior constituye un problema macroeconómico central en la economía argentina y que está vinculado al endeudamiento externo de los últimos treinta años. Este libro detalla las consecuencias desintegradoras que genera la fuga de divisas, que sólo en el período investigado puede estimarse en hasta 16.000 millones de dólares y en un valor casi equivalente al de toda la deuda externa, si se toma en consideración toda la historia de este proceso de drenaje. No se trata de conceptos abstractos: las conclusiones de la Comisión permiten estimar que por cada dólar que se computa de deuda externa se corresponde 90 centavos de otro dólar que se produjo en el país y ya no está en nuestra economía. En una Argentina que quiere ser moderna, integrada y sustentable, resulta una necesidad ineludible del Estado generar los instrumentos que aseguren un efectivo control de los movimientos de capitales. Que funcionen adecuadamente las instituciones que tienen a su cargo los controles, que se agilicen los cruces de información entre estas instituciones, se combatan las actividades ilegales, se recauden los impuestos correspondientes y que el sistema financiero se reestructure, poniéndose al servicio de la producción y el trabajo.