Es, sin duda, la obra cumbre de este ecléctico pensador anglosajón y gran epistemólogo. Bateson recorrió en su heterodoxa aventura intelectual los campos de la biología, la antropología, la cibernética, la teoría de la comunicación, hasta desembocar en su "ecología del espíritu". "Debemos suponer", aseveraba, "que la misma clase de leyes opera en la estructura del cristal y en la estructura de la sociedad". Nos ofrece una nueva manera de contemplar el mundo que nos rodea. Si queremos vivir en armonía con los demás seres vivos del planeta, nos dice, debemos aprender a pensar como piensa la naturaleza. El pensamiento cuantitativo occidental es en verdad contrario al orden natural Y en la medida en que somos un proceso espiritual, debemos suponer que el mundo natural ha de mostrar idénticas características de espiritualidad".