Silvia Fendrik desenvuelve la historia del análisis para niños desde su origen hasta el presente, pero al mismo tiempo, su interrogación marcha en sentido inverso e ilumina los aspectos necesarios -y hasta trágicos- de lo que parecería trama anecdótica. En ese vaivén, la historia misma se explora y se interroga, reflexionando. Cuestiones de legitimidad e ilegitimidad, de sentido y sin sentido de la práctica con niños, del carácter "uno" del psicoanálisis en contra de la idea de especialización, de los derechos del niño a ser considerado "sujeto" en un análisis, no cesan de insistir. En los orígenes del psicoanálisis de niños, tres nombres de mujeres dicen de diferentes modos su vinculación con el lugar del padre: tal vez podamos considerarlos como respuestas paradigmáticas a los destinos que Freud postuló para el Edipo femenino. Estos tres nombres: Hermine von Hug-Hellmuth, Anna Freud y Melanie Klein, representan el síntoma del lugar de las mujeres que, en posición de hijas, deberán ocuparse de los niños.