Stitzman en su prólogo declara haber tenido el proyecto de hacer un libro que tratara sobre psicoanálisis, sociedad, vida contemporánea y ética. Y que le pareció interesante darle la forma de Conversaciones. El criterio para elegir interlocutor fue buscar al psicoanalista más representativo. Lo era R. Horacio Etchegoyen, el primer latinoamericano elegido presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Etchegoyen aceptó el convite de las charlas y estas se gobernaron por un temario que no era limitante, sino que dejaba la posibilidad de ir de un asunto a otro, volver, recomenzar, en un juego dialéctico libre. Un Etchegoyen dedicado a la teoría y la práctica del psicoanálisis y al mismo tiempo hecho voluntad operante en las instituciones de su disciplina, narra sus vivencias juveniles, los modelos de sus años de formación, donde lo vocacional y profesional es inseparable de un sentir de ciudadanía. Psicoanálisis y cultura, ética y burocracia, verdad y ética, teoría del inconciente, ciencia y psicoanálisis, el futuro del psicoanálisis, son otros tantos aspectos bajo los cuales es posible entrar en la profundidad de estas páginas.