El conservador estrella del Real Jardín Botánico de Kew, el más importante del mundo, se llama Carlos Magdalena, un horticultor asturiano cuya misión en este mundo consiste en salvar cualquier especie vegetal al borde de la extinción, ya sea por culpa de estragos ecológicos o por los ladrones que complacen la afición de ciertos adinerados coleccionistas. Muchos lo consideran un mesías de las plantas.
Se trate de la Nymphaea thermarum, la flor más minúscula sobre la faz de la Tierra, o la Ramosmania rodriguesii, la especie más delicada de nuestro ecosistema, este asturiano tiene un maravilloso don resucitador y ha viajado a los rincones más remotos para asegurar, gracias a su conocimiento y a las técnicas más avanzadas, la propagación y la preservación de las plantas más bellas y exóticas de nuestro planeta.
Este libro es la fascinante historia de un hombre que ha dedicado su vida a rescatar las especies más extraordinarias, pero sobre todo es un mensaje de alarma para comenzar a hacer de este mundo un lugar mejor. Sin plantas no hay vida, y cuidar de ellas es nuestra única solución.