Virginia Woolf fue una lectora y una ensayista muy aguda y penetrante, como lo demuestran sus ensayos sobre literatura de todos los tiempos: Defoe, Austen, Elliot, Conrad, Donne..., en definitiva, la tradición literaria en la que quiso verse y a la que quiso contestar. Estos textos son el complemento ideal a su narrativa, además de un volumen esencial en su Biblioteca de Autor.