Puede parecer un retroceso hablar de neurosis de angustia cuando, ya entrados en el siglo XXI, parece obvia la existencia de una distinción entre trastornos como el de pánico y el de ansiedad generalizada. Cierto es que todavía existen psiquiatras de prestigio que se resisten a aceptar una subdivisión del gran grupo de pacientes ansiosos. Sin embargo, el apoyo que han tenido no ha sido realmente amplio entre la mayoría de los profesionales del campo. 

A pesar de todo, consideramos que el tema merece una puesta al día seria y con planteamientos críticos. No podemos olvidar que la disección de la neurosis de angustia en un trastorno de pánico y otro de ansiedad generalizada tiene poco más de 20 años de antigüedad y que se basó en dos únicas líneas de investigación: en las aparentes diferencias en la respuesta terapéutica sugeridas por los trabajos de Donald Kleid, y en segundo lugar, la aparición hacia el final de esa década de una serie de trabajos que sugerían la especificidad en el trastorno de pánico de determinadas técnicas de inducción de crisis de pánico en el laboratorio. 

Esta obra plantea una actualización del tema, abordando diferentes aspectos controvertidos