Si a una obra pedagógica se le pudiera aplicar el dicho popular de “En el tarro pequeño está la buena confitura”, no hay duda de que se ajustaría perfectamente a este libro de Philippe Meirieu. Un maestro que se ha convertido en maestro de maestros, con una rica experiencia práctica y un profundo saber teórico y que lucha para hacer realidad una pedagogía que rechaza la exclusión como fatalidad de la reproducción social. Una obra que aborda un viejo dilema sobre la educación del niño y la manera de hacer de maestro, desde una perspectiva nueva, la que recoge la Convención Internacional de los Derechos del Niño, como una invitación a interrogarnos sobre la historia de un malentendido.