Gengis Kan (1162-1227), llamado el Conquistador de Asia, genio militar y político, unificó a todas las tribus nómadas de la meseta mongola y organizó un ejército de jinetes que barrió imperios milenarios en Oriente, sembró el terror en Occidente y sometió a las naciones de la mayor parte del mundo. Sus sucesores, fieles a la tarea que les legó a su muerte, expandieron el Imperio mongol y lo convirtieron en el mayor imperio continental de la historia: un dominio que se extendía desde el Mediterráneo hasta el océano Pacífico, desde la Taiga siberiana hasta el Himalaya.