En este libro, la autora recrea el universo de su infancia trasladando al lector a un mundo donde la sensibilidad artística se siente a flor de piel. Vemos por sus propios ojos al sol reflejándose en el mar, cómo vuelan las gaviotas, cómo se mueven los remos de una barca en el agua tranquila... Buscamos tesoros en la arena, nos echamos un rato en la hierba para buscar las formas de las nubes que pasan y disfrutamos sentados frente al fuego de la chimenea. Un libro relajado y bello tanto para mayores como para pequeños.