Ésta es la historia de los cruceros que la Armada alemana utilizó en la difícil lucha contra el tráfico marítimo enemigo, por los siete mares, durante la Gran Guerra. Difícil, porque la Flota inglesa era dueña de los océanos y había establecido un efectivo bloqueo del mar del Norte; porque las colonias alemanas en ultramar pronto cayeron en poder de los aliados; porque las dificultades para que dichos buques pudieran tomar combustible de los aprovisionadores germanos terminarían haciéndose insuperables, y porque la entrada en cualquier puerto neutral significaba el casi inmediato bloqueo por fuerzas enemigas superiores. De las dificultades que hubieron de afrontar aquellos catorce buques de guerra alemanes dedicados a la guerra de corso entre 1914 y 1918 nos da una idea el hecho de que el 43% de ellos fueron hundidos en combate con unidades de la Royal Navy. Pese a lo cual, los éxitos logrados por dicho puñado de cruceros alemanes resultaron a veces espectaculares y, en conjunto, altamente positivos para Alemania. A lo largo de las páginas de este fascinante libro de Luis de la Sierra, que se lee como una novela, pero que es sólo una objetiva y absolutamente fidedigna historia, se desgrana la heroica lucha librada día a día por unos marinos dejados a su propios recursos sobre la inmensidad de los grandes océanos, que no solo mostraron gran competencia profesional y un valor a toda prueba, sino que, sin excepción alguna, dieron siempre un trato caballeroso y digno a los prisioneros de todas las razas y nacionalidades que cayeron en su poder. Este libro, como dijo su autor al referirse a los corsarios alemanes de la segunda guerra mundial, es también “una historia de tenacidad, abnegación, elevado patriotismo y valor”, y merece figurar, con todos los honores, en las bibliotecas de los enamorados del mar y de los barcos; esa selecta y culta minoría para la que ha sido escrito.