Sea cual fuere la historia de María Estuardo (la verdadera jamás la sabremos), el libro de Stefan Zweig tiene derecho a que se le considere como una de las más brillantes suposiciones de la verdad, y es una proeza asombrosa imaginar a esta figura hundida en la más negra culpabilidad, para elevarla después sobre un pedestal de nuestra simpatía y compasión. Su figura casi rivaliza con Napoleón en cuanto a la atracción que ofrece a los biógrafos. Tal vez no haya habido mujer alguna en el mundo que haya sido descrita de formas tan divergentes como María Estuardo. María Estuardo, reina de Escocia, es una de esas figuras misteriosas y atrayentes cuya vida continúa aún hoy siendo polémica.