Luke Pearson, en la última entrega de Hilda, traslada a la niña a la ciudad de Trölberg, donde los temores de su madre por los peligros de la ciudad no le permiten salir sola a investigar y descubrir misterios como hacía en los fiordos.
Su madre, tras conocer que se celebrará una espectacular cabalgata, propone a Hilda que vayan juntas. Para sorpresa de la niña, su madre le dejará salir además con sus nuevos amigos hasta poco antes del desfile. Ya en la calle, va dándose cuenta de que no se siente cómoda con el comportamiento de los niños: acaban tirándole piedras a un árbol con pájaros y huyen despavoridos dejando a Hilda sola.
Un cuervo cae herido al suelo y la niña corre en su auxilio. La sorpresa de Hilda es mayúscula cuando comprueba que el ave no solo habla, sino que, además, ha perdido la memoria y no recuerda quién es. Con ayuda del cuervo, Hilda busca el camino de vuelta a casa para encontrarse con su madre. Comprobará entonces que también la ciudad tiene sus pequeñas criaturas misteriosas.
Poco a poco, el pájaro va recuperando la memoria y deja ver que tiene una misión que cumplir. La verdadera historia de esta misteriosa ave será revelada en la cabalgata del pájaro, el lugar donde Hilda conocerá la importancia que su nuevo amigo tiene para los habitantes de Trölberg.