Llegó marzo y empezaron las clases. El maestro Agustín recibió a sus alumnos y en un gesto cálido le tendió a cada uno la mano. Eran solo tres: Teruel, Cayetana y Emilio, los más grandes de la escuela. También les acercó un libro y con él una propuesta: lo leerían juntos, cada viernes, hasta que terminara el año. Muchos pensaban que no había lugar para cuentos donde abunda la pobreza. Pero el maestro Agustín ponía su mejor voz y, en cada página, el pueblo que habitaban, sin agua corriente, sin piedad y sin sueños, se transformaba.
«La educación no se imparte, se devuelve. La educación no es un acto de generosidad, sino de justicia».
Editorial: ALFAGUARA
ISBN: 9786313011575
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«La educación no se imparte, se devuelve. La educación no es un acto de generosidad, sino de justicia».
Editorial: ALFAGUARA
ISBN: 9786313011575