Parece demasiado bueno para ser verdad. Después de siglos de amargas luchas y traiciones mortales, las siete potencias que dividen la tierra se han diezmado mutuamente en una tregua incómoda. O eso parece. . . . Con la muerte del monstruoso rey Joffrey, Cersei gobierna como regente en Desembarco del Rey. La muerte de Robb Stark ha quebrado la espalda de los rebeldes del Norte, y sus hermanos están dispersos por todo el reino como semillas en tierra estéril. Pocas reclamaciones legítimas al otrora desesperadamente buscado Trono de Hierro existen aún -o están en manos demasiado débiles o demasiado distantes para blandirlas con eficacia. La guerra, que se extendió sin control durante tanto tiempo, se ha consumido.

Pero, como en cualquier lucha culminante, no pasa mucho tiempo antes de que los supervivientes, los forajidos, los renegados y los carroñeros empiecen a reunirse, a hurgar en los huesos de los muertos y a luchar por el botín de los que pronto morirán. Ahora, en los Siete Reinos, mientras los cuervos humanos se reúnen en torno a un banquete de cenizas, se forman nuevas y audaces conspiraciones y peligrosas alianzas, al tiempo que sorprendentes rostros -algunos familiares, otros recién aparecidos- emergen de un ominoso crepúsculo de luchas y caos pasados para afrontar los retos que se avecinan.

Es una época en la que los sabios y los ambiciosos, los tramposos y los fuertes adquirirán las habilidades, el poder y la magia para sobrevivir a los tiempos crudos y terribles que les aguardan. Es el momento de que nobles y plebeyos, soldados y hechiceros, asesinos y sabios se reúnan y se jueguen sus fortunas... y sus vidas. . y sus vidas. En un festín de cuervos, muchos son los invitados, pero sólo unos pocos son los supervivientes.